La celebridad de televisión nacional Ainsley Earhardt tenía sus sueños planificado—a cuál escuela iría, cuál carrera persiguiría. Sin embargo, tenía otro sueño: ser mamá.

Cuando supo que estaba embarazada, no podía esperar para conocer a su hijo. Se sometió a un sonograma anticipando ver la primera foto borrosa en blanco y negro de su bebé. Cuando el doctor no pudo encontrar el latido del corazón, la peor pesadilla de Ainsley se hizo realidad.

Se encontró en un oscuro lugar de dolor, temor, y duda, preguntándose si alguna vez volvería a sentirse completa. ¿Podía confiar en que Jesús sanaría ese dolor?