Todo lo que él quería era control, y era lo que había perdido.

El ciclista profesional y participante en el Tour de Francia golpeaba su cuerpo y lo dominaba. Entrenamientos cuatro días a la semana, carreras de alto nivel, y una dieta controlada hasta el nivel celular. Sin embargo, hubo un precio que pagar para ganar múltiples campeonatos nacionales y el prestigioso lugar en el equipo profesional de ciclismo Dimension Data. Para Ben, el precio fue su salud emocional y espiritual. Se encontró vomitando sangre en el lavamanos, el resultado de un trastorno alimenticio descontrolado. Obsesionado con escalar el mundo del ciclismo, sacrificó todo para dominar su cuerpo.