Bradie James solía jugar solo hasta que se dio cuenta de que jugaba para algo mayor. 

Llegar a ser un jugador en la Liga Nacional de Fútbol es un logro. Ser uno de los mejores jugadores le dio una posición de respeto. Jugar por los Vaqueros de Dallas lo puso en el centro de atención. Bradie James cumple con todo eso. Por tanto, eran fácil para él vivir una vida que se trataba del gran “Yo”. 

¿Por qué jugaba fútbol? ¿Cuál era el verdadero propósito para su vida? ¿Qué podía hacer para descubrir las respuestas? Una examinación de la Biblia le demostró cómo “renovar su mente”, lo que a su vez causó un cambio en su actitud y acciones. Vivir para glorificar a Dios trajo cambios en su vida, incluyendo cambios en quiénes eran sus amigos. Esta obediencia al plan de Dios ahora cosecha recompensas más allá del campo de juego.