“Siempre hay algo más grande detrás de lo que uno esté haciendo”. El ídolo americano Jason Castro llegó a darse cuenta de que tener una relación con Dios no significa que tenía que someterse a la esclavitud religiosa.

La música se convirtió un canal para liberarse. En este descubrimiento encontró que tenía poder para calmar, mover, o evocar emociones de todo tipo. Su talento le llevó a reconocer su amor por algo más grande y su pasión a no solamente hacer música religiosa, sino buena música. Un pasatiempo y una misión por encontrar la razón para la vida se convirtió en algo mucho más de lo que imaginaba.