Jason Castro tenía un secreto que casi le costó su matrimonio.

Después de participar en la temporada siete de “American Idol”, Castro salió de gira. Ahí fue cuando explotó su adicción secreta. ¿Esa adicción? Pornografía.

“Ha sido un gran secreto, un secreto incómodo”, admite. 

A pesar de que el programa lo mantenía ocupado, le sobrecogió un sentido de soledad. Se refugió en la pornografía lo que le llevó a engañar a su novia y futura esposa, Mandy.

“Era el próximo paso”.

Sobrecogido por la vergüenza, inició un ciclo de mirar más pornografía. Finalmente le confesó a su novia el incidente y la pornografía, y ella rompió la relación. Cuatro meses más tarde, se reconciliaron. Para el 2010 se habían casado. Aunque Mandy amenazó a Jason con dejarlo si caía otra vez en la pornografía, Él no pudo dejar de perseguirla. 

Una invitación para participar en un programa en una iglesia finalmente le puso en el camino a la libertad. Ahora dependía de Mandy decidir lo que ella haría.