Jim Munroe le hizo a Dios una pregunta simple. Dios respondió de una manera que Jim no pudo ignorar.

Jim entró a la universidad con escepticismo acerca de la vida. La idea de Dios parecía “tonta”. Invirtió su vida en una exitosa carrera en magia donde mucho de su escepticismo fue confirmado. Verdaderamente hay “trampillas” y “cortinas de humo”. Sin embargo, a pesar de las dudas, sucedieron cosas radicales que volvieron la vida de Jim patas arriba. Entonces, justo cuando pensaba que lo entendía todo: leucemia. Al tener que decidir cómo proceder, Jim sabía que su mejor opción para vivir era muriendo primero. La quimoterapia destruiría sus células de sangre. Nueva sangre para reemplazar la suya. ¿Cómo podría soportar tal agonía? ¿Por qué estaba sucediendo esto?