Fue en medio de la noche cuando Joey Kelly despertó debido a los gritos que venían de la otra habitación. Había pasado la noche en la casa de su primo quien había siempre sido su mejor amigo. El padre de su primo había sido expulsado de la casa. Sus padres estaban en medio de un divorcio. No obstante, el padre había regresado y la pelea se escuchaba desde la otra habitación. La tía de Joey comenzó a gritar pidiendo ayuda. Cuando Joey salió de su habitación, la voz de repente se detuvo. Lo que vio lo marcaría en muchas maneras, y lo dejó preguntándole a Dios: “¿Cómo permites que tal maldad gane de tal manera?”