La belleza, el carisma, y una voz que hace llorar—Moriah Peters tenía todo eso. Después de meses de pruebas y llamadas, por fin ganó su lugar frente a los jueces de American Idol. Aunque se impresionaron con su talento, querían más que una cara bonita y una gran voz. Querían atractivo sexual y provocación. No podían ver cómo una jovencita que conduce estudios bíblicos y prometió esperar al matrimonio para besar podía ser el próximo ícono cultural. La historia inspiradora de una joven artista, Moriah Peters, desafía el status quo de la verdadera belleza, el sexo y las relaciones, y la identidad de la juventud en los Estados Unidos.