En desesperación, Nathan Schroer clamó a Dios, y Dios le dijo que iba a morir.

Después de una niñez de desilusión, Nathan se casó y llegó a ser oficial de la policía, solamente para despertar una mañana con su cuerpo lastimado y sus encías sangrando.

¿Sería el cáncer otro episodio de desilusión en la vida de Nathan? Finalmente los doctores le dijeron que regresara a casa, recibiera cuidados paliativos y estuviera cómodo. Entendió la realidad y, con su vida en la balanza, comenzó a hacer preguntas honestas a Dios. ¿Estaría con sus hijas cuando se casaran? ¿Era Dios verdaderamente suficiente?