La historia de dolor y depresión de Victoria Childress nos muestra que cuando alguien clama a Dios, Él responde.

Al crecer en un hogar roto sin el amor que la mayoría de las personas toman por sentado, Victoria Childress abrazó su dolor emocional al añadir dolor físico. Cortar palabras en sus brazos en la oscuridad demostró ser una muleta temporera que la llevó por el peligroso camino hacia el suicidio. “Sin aparentemente ninguna razón para vivir, ¿por qué vivir?”

El consejo sabio de un médico inició el proceso de sanidad para Victoria, finalmente llevándola al verdadero descubrimiento de la razón para vivir, y el gozo y la felicidad resultantes.